lunes, 1 de diciembre de 2008

Arpergiria Los cuentos de Leonor


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... "

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Para escuchar esta bellísima canción clicklea aquí:
Silvio Rodríguez Unicornio

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Leonor Fernández Riva


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Amigos:
Deseo compartir con ustedes en este blog, los cuentos, los escritos y ¡quién sabe qué otras barbaridades! que realizo en el
TALLER DE ESCRITURA - JCL , Que se lleva un Cabo en Cali, Colombia bajo la docta y paciente dirección del renombrado escritor vallecaucano Julio César Londoño .


Espero me Hagan llegar sus comentarios.

almaleonor@gmail.com



Cuento
Quizá Cuando empezó todo ...

María Leonor Fernández Riva

¡Date prisa Leonel, el camión está por partir!

La mujer, joven todavía, pero de rostro prematuramente ajado, pequeña estatura, Facciones mestizas y larga cabellera negra recogida en una trenza, unafana al hombre que se acerca un Sudoroso cargando su espalda un gran ramo de flores de un intenso color rojo casi negro.


El camión, un viejo Carromato cubierto con una carpa de plástico, está repleto de apretados Ramos de heliconias, VER fuertes y flores vistosas del Bosque húmedo pero, una Con estas Característica especial. Varios campesinos de piel curtida por el sol, ropas toscas, húmedas de sudor y de lluvia y botas de caucho cubiertas por el lodo que CUBRE los campos inundados, Se Encuentran al pie del vehículo haciendo sus entregas ante el hombrecillo de ojos pequeños y sagaces que guarecido de la lluvia en la parte delantera se frota las manos ante este nuevo Cargamento.

Un sol tímido se asoma a lo lejos entre un corrillo de nubes. Seguirá el tiempo lluvioso. Esa lluvia intermitente que no para de caer sobre la Región desde hace varios años ya la que han tenido que irse acostumbrando con los pobladores de esa sabia Resignación campesina que entiende que el clima es algo que está más allá de su voluntad ".

Luego de unos minutos, el camión en medio del estentóreo rugir parte de su motor en marcha. En la fronda del bosque cercano una bandada de aves asustadas aparatosamente levanta el vuelo. El sonido del Carromato se va perdiendo poco a poco en la lejania, los campesinos se retiran paulatinamente A sus hogares y el pequeño caserío vuelve a la normalidad. Sentado en el estrecho corredor de su humilde vivienda, Leonel conversa ahora con aquel periodista llegado de la capital, un joven de ojos vivaces y aspecto amable que se ha arriesgado a realizar un viaje tan peligroso hasta ese sitio del fin del mundo, solo para CUBRIR La noticia de aquel Hecho tan sorprendente.

Su aspecto bondadoso inspira confianza al campesino y su Logra vencer su timidez inicial y extraños ante Atávico RECELO. Poco a poco los recuerdos van transformándose en palabras y frases. Quiere hablar. Necesita hablar.


Aurita ... que me lo pregunta, patrón, Quizá empezó todo hace unos años Cuando VER
montañas se jueron poblando de la de la guerrilla.

Sí ... Quizá ahí Jue Cuando el pecado DARNOS CUENTA empezó todo a pasar. Aunque para ser más exacto Tal vez Aquella tarde jue ... Sí, patroncito. Una De Esas tardes luminosas de nuestro pueblo con el sol de los Venados BRILLANDO A lo lejos. Así, más o menos como ahurita. Y en Resulta que todos los vecinos nos encontrábamos ajuera de nuestros ranchos conversando, riéndonos y jartándonos uno que otro aguardientito. Estábamos contentos ... Y que de pronto ende que esos chusmeros Aparecen disparando arriándonos y la madre. Y nos gritan hijo ahora que ellos y la ley Empiezan A NUESTROS anotar nombres en un cuaderno y luego se entran en casa por casa y se jartan y se Llevan Todo lo que se les antoja. Y nosotros empavoridos, sin atrevernos a protestar, sin saber qué hacer. Y cuándo por fin se jueron, se jueron Jalando También a nuestros mejores animalitos y matando de un machetazo al padrecito Sergio, el único, ¡pa 'qué le voy a mentir, patrón!, Que Tuvo el valor de reclamarles ...


Sí. Creo que jue esa vez, patrón. Aunque ... Quizá Pudo Ser También una mañana varios días después. Sí, Quizá Jue ahí, esa mañana en que riéndose a carcajadas y Diciendo palabrotas volvieron a visitarnos para reclutar por la juerza A NUESTROS hijos ya nuestras hijas jóvenes y Dejarnos en su lugar la burla, la ausencia ... y la tristeza de los cítricos de los cítricos más verracas.

¿Está cansado de Patrón,? ¿No? Como veo que encierra los ojos. Bueno ... ahi le sigo contando. Fíjese que echando cabeza Jue Quizá más bien ese otro día Cuando como salidos de la maleza llegaron los paracos. ¡Dizque para protegernos! Y les creímos. Hasta que nos dimos cuenta que eran igualiticos que los otros. Y ahí sí, ya no tuvimos qué comer, y el ruido de la metralla y los muertos de lado y lado y el desesperante ladrido de los perros y el terror mas puta hijue ... Perdón, patroncito, pero es que es veraz de que no hay otra palabra para describile ese terror, y en todo eso Se hizo ya parte inseparable de nuestras noches ... y de nuestros días.

Pero quizá, patrón, no hay ahí entoavía jue. Enverazmente tal vez empezó todo cuando nos ilusionamos con la coca ... si, Fíjese usted, patroncito, ¡pa qué se lo voy a negar! Nos ilusionamos con esa pendejada y de a poquito a poquito juimos poblando de maticas de nuestras parcelas de coca y las ladinas crecieron muy lindas y rozagantes con su lindo color verde agua. Y dejamos de sembrar la yuquita, platanito el ... y se nos jue olvidando cómo sembrar la comidita Porque ya solo queríamos sembrar coca y ya Naide cultivaba nada en las fincas y entonces tuvimos que comprar en el pueblo hasta la yuca más infeliz y nos convertimos ... Patrón, ¿ha oído hablar de los raspachines? Pues sí, nos convertimos en "raspachines". Así como empezaron una Jue llamarnos en el pueblo.

Oiga, patrón, en de Veraz se me hace que le canso con estas historias. Tiene usted cara de cansancio como Acomódese no más en la silla pero Tenga cuidado Porque igualitica que yo Ella también tiene una pata mala. Perdone que me distraiga, patroncito, cabeza esta ¡! Y es que no y me había empuesto antes un cavilar en estas cosas así de una bien Difícil es saber cuándo realmente empezaron a nacer. Pero Fíjese que ahora que lo pienso, ese Quizá Pudo Ser También otro día ... El día en que el Ejército Llegó de pronto al pueblo, como dicen ustedes los estudiados, "de improviso". Y no supimos si sentirnos contentos o asustados. Y nos repararon un toititos en la iglesia y nos advirtieron que nos llevarían presos si seguíamos sembrando coca y que "cuidadito con un guerrillero de la Ayudar", que "cuántos eran, que Esteban Ónde ..." Y nosotros los asustados, asustados ¡Bien! y sin saber qué responder, pero sintiendo Todavía más Temor de los ojos y oídos de la selva cercana. Y ahí sí que ya Naide supo qué hacer ni qué callar ni qué decir.

Por eso es que creo, patrón, es que talvez no jue entoavía ahí sino unas semanas Después Cuando tombos paracos y se jueron, así, tal cual, en la mismitica Jorma que llegaron en un silencio siniestro y lo envolvió todo y nos quedamos una merced de los chusmeros y esos malditos Entraron disparando y gritando al pueblo y acusándonos de ser sapos y con el Ejército Se llevaron a mi compadre Manuel ya otros dizque para que confesaran. Y yo me Salvé Porque había ido al río a cargar agua. Pero sentí desgarrarse estallar toiticas mis entrañas y mi cerebro al escuchar desde lejos sus gritos de dolor, el llanto de las mujeres y niños, el repiquetear aterrador de la metralla enluego y ... ese silencio de muerte que tan bien conocía y que lo envolvió todo como una mortaja.

Sí pudo ser ... Ese día ... Aunque Pensándolo mejor, patrón, Quizá Pudo Ser También Después Cuando unas semanas sin saber cómo ni por qué empezamos a caer uno tras otro en esa trampa mortal en que se convirtió nuestra Tierrita sembrada ahora de un quiebrapatas llamado horror. ¡Arranca Patrón patas diría yo,! Vidas ¡Arranca! Allí Murieron muchos hechos mierda ..., patrón del Perdón, pero es que asi como Murieron mismitico Jue. Sí ... Así Murieron mis compadres el Eustaquio Ortiz y Facundo Mejía Y luego, mis sobrinos Apolinar y Lucía, los hijitos de mi hermana Martha, y hasta un vanesita del que nunca supimos el nombre, También allí murió desangrado; Naide se atrevió a ir por el a Pesar de sus gritos y sus compañeros vinieron solo al huelía Un mal recogelo Cuando ya otro día. Patrón ¡Qué mal huele la Sangre Derramada,! Otros, como el Manuel Rosero y el Felipe Villota, las piernas PERDIERON DOS, y otros, más afortunados, como yo y el Florencio Torres, Mediante la interjección de la Virgencita de Chiquinquirá que siempre carga en el cuello-mirela usted, patroncito-solo perdimos una.


El doctorcito del pueblo ende que me llevaron de urgencia dijo que esta tierra siempre está Avida Y que por eso se apoderó tan temprana y vorazmente de mi sangre y de mi cuerpo. Habla bonito el doctorcito. ¿No cree usted, patrón?

No se por qué se me antoja que está cansado usted. ¿No? Entonces ¿Sigo? ¿Ónde iba ...? ¡¡¡Ah sí! Le decía que jue Quizá por Mismos aquellos días Cuando un sonido, desconocido hasta entonces para nosotros, como parecido al de un Moscardón arrecho, Empiezo a visitarnos todas las mañanas ¡El ruido de patrón avionetas, dizque Fumigando! Al principio, ¡brutos que semos! lo tomamos como algo divertido y nos burlábamos hasta cuentos de las avionetas, seguíamos en nuestras siembras como si nada, pero al poco nos dimos cuenta que nuestras hermosas maticas de coca es una empezaron perdimos y marchitarse los largos meses de siembra y Comenzaron a los ojos ardernos ya salirnos ampollas en todo el cuerpo y nos dio tos y dejamos de dormir y hasta de comer y la desesperación y la angustia se adueñaron definitivamente deste pueblo y ya no hubo el horizonte hacia Ónde dirigir la mirada. Y ahí jue, patrón, Cuando muchos de mis vecinos decidieron Marcharse a la capital dejando abandonada su Tierrita ... ya sus muertos.

Perdone, patrón, que le insista. Yo lo noto como Preocupado, Debe estar cansado conversadera desta. ¿No? Bueno ... Téngame Paciencia, en veces me confundo. Pero, bueno, Fíjese, patrón, que ahurita que lo pienso tal vez empezó todo enverazmente cuando llegaron las lluvias ... Sí. Quizá Jue anluego de que las plantas de cacao, los platanales, los yucales, y hasta las hermosas maticas de coca, empezaron una ahogarse en medio de ese lodo turbio en que se jue convirtiendo la tierra fértil y antes apisonada. Y el camino se Volvió arroyo y la montaña Empiezo a derrumbarse y el rancho de mamá Rosario se vino al suelo sepultándola, herido de muerte en sus cimientos por esa humedad de los diablos que lo jue pudriendo todo.

Aguarde no más, patroncito Mientras Emprendo una vela, no tenemos luz desde que esos Condenados chusmeros dinamitaron la torre del pueblo hace ya unos meses. A ver. ¡Eso es! Así tenemos auncuando Sea un poquito de claridad. Oiga, creo que ya le tocó quedase a dormir aquí esta noche. Ya se ocultó el sol y no es bueno Aventurarse POR ESTOS caminos Cuando dentra la oscuridá. Hágame caso, patrón, yo sé lo que le digo. Quédese más pecado hasta mañana, así, de pronto empuede También platicar con el Venancio, Venancio Flórez, jefe, al que todos le decimos "profeta" Porque siempre está anunciando cosas malas, él habla más que si, pero mucho más bonito que yo, , Porque jue a la primaria patrón en la ciudad y sabe leer y escribir. Él Puede Contarle mejor cómo y cuándo jue que empezó todo.

Interrución tanta Perdone, patroncito. IBA ¿Onde? ¡¡¡Ah sí! Como Le Estaba Diciendo, uno cualquiera de esos días jue Cuando yo creo que empezaron un brotar. Lo cierto es que sin ninguna explicación es de pronto empezaron a nacer por todas partes. Yo jui el primero que las vio. Al principio, no le niego, es de una veritas, patrón, que era igualitico todo a una me aculillé, El Campo asemejaba como un inmenso lago de sangre; inmensa mancha de sangre. Después, vide Que lo que me parecia sangre eran solo de flores, muchas flores, las más raras y hermosas flores que jamás había visto. Heliconias, patrón, unas flores silvestres que se dan por aquí, pero estitas de una color y una forma que yo nunca había visto. Patrón Todo mundo se admira,.

Las estamos vendiendo en la ciudad ¿Sabe usté, patrón? A la Gente de la ciudad, a la Gente como usté bien les encantan, El Hijo que dicen "exóticas", si, eso mesmo dicen. Y nos toiticas las compran. Han sido una verdadera bendición para este pueblo. Pero lo mejor es que ahora el Venancio está hablando con gente que sabe del negocio de flores, gente de la ciudad, y dizque le han dicho que vendérselas Están INTERESADOS EN A los gringos. Que a los gringos les encantará su bello color rojo sangre y que nos las colgarán bien. ¿Usté cree, patroncito?

¿Cómo dice? ¿Que si no me asusta que algún día se acabe la cosecha? ¡Noooo, patrón! ¡Primero me muero yo! Las condenadas escogieron bien Ónde brotar. Tierrita Esta es muy fértil, ha sido bien abonada. Y como ve, patroncito, no pasa un día sin que se deje de abonar.

Mi mujer, la Casilda, que dice malditas están, pero son pensamientos tontos. Ya sabe como son las mujeres. Siempre pensando en pendejadas y Agüeros. ¡Que dizque algo malo le va a pasar este pueblo! Patrón ¿Qué opina usté,?


Fin




Encuentro en el Samar

Leonor Fernández Riva
Cali, noviembre de 2008

Viajero, si atraviesas el Sahara y pasas por la aldea de Abu Zaid detente a escuchar junto y Samar Al Bajo la luz radiante de Al Nair, subyugadores los versos del poeta de las estrellas.

Lentamente, Largo al paso cadencioso y de los camellos, la caravana emprendió su marcha. Abu Zaid la contempló intensamente hasta que se convirtió en un oscuro Manchón Que Fue desvaneciéndose entre las dunas de arena. Entró entonces de las Naciones Unidas su humilde vivienda y buscó su tesoro. Arrobado, observo el extraño objeto. Esa mañana se había desprendido de su única pertenencia de valor, pero no pesadumbre Partia, todo lo contrario, una inmensa alegría desbordaba su alma.

Abu Zaid como Saruyi experimento siempre una atracción inmensa por los cuerpos celestes que titilaban a lo lejos y que él amaba desde niño. Compartir con sus hermanos la música de la palabra y hablarles de esos radiantes habitantes de la noche era la razón de su vida. El Pozo, convertido cada noche en Samar, daba cobijo no solo de su pueblo, sino También a muchos visitantes que acudían de otros poblados a escuchar sus Casida o macaamas, Poemas que tenian fama de trocar en mágicas Bellas y las existencias de quienes los oían, mas grises por ordinarias y que sus vidas fueran.




Pero en esta ocasión No fue Abu Zaid quien Poblo la noche de historias y leyendas. Otro Esta vez Fue el protagonista. Acuclillado Junto al Fuego y Los Jugosos compartiendo rottab Con el viajero de ojos azules y barba poblada, Zaid escucho de sus labios historias perturbadoras de otros pueblos, de otras culturas.

Aquel extranjero llegado de tierras remotas, alto Espigado y, de Facciones bellas y regulares, cabello negro y ojos Bondadosos, despertó entre Aquellas gentes sencillas una ingenua pero ardiente curiosidad. Esa mañana, al llegar la caravana Procedente de las costas de Túnez en el mar Mediterráneo, Marco, que tal era su nombre, fué recibido por Sulayman, el patriarca de la aldea, con la proverbial hospitalidad del desierto. Superado el RECELO que despertó Inicialmente su presencia, hombres, mujeres y niños le rodearon con una admiración rayana en la Impertinencia. Todos deseaban tocar sus ropas extrañas, olerle, escucharle.

Marco les dejó hacer con gran condescendencia. Y esa noche, una noche radiante de luna llena, toda la aldea se reunió en el Samar Alrededor de la fogata que amortiguaba el intenso frío en que se había convertido el ardiente calor del mediodía.

En el dialecto bereber de los tuareg y con una entonación profunda y musical, Marco Fue narrando historias fascinantes de su país, un lugar muy lejano, de verdes montañas, ríos caudalosos y constantes lluvias. Con la nostalgia en la voz describió la ciudad que le vio nacer, construida sobre el agua, donde Pintorescos botes hacian las veces de camellos para dirigirse de un Lugar a otro y donde habitaban seres como él, de barba tupida y ojos claros, y mujeres Hermosas, Cuyos rostros sin observarse podian velos aun a la luz del día. Habló de las leyendas y aventuras surgidas en el enmarañado laberinto de sus calles, y se emociono al describir los grandes barcos anclados en sus muelles repletos con asombrosas mercancías traídas de las Regiones más remotas de la Tierra.

La incredulidad y la fascinación colmaban los corazones. Pero al paso de las horas el cansancio Fue un Venciendo Aquellos aldeanos acostumbrados una recogerse con la llegada de las tinieblas y despertarse con los primeros rayos del sol. Los párpados empezaron una entrecerrarse. Progresivamente, Fueron retirándose A sus tiendas. Al lado de la fogata, ya casi en ascuas, Quedaron solamente Marco y Abu Zaid.

Desde el primer momento Surgió Entre estos dos hombres tan distantes Diferentes y, una corriente de simpatía. La luna llena-en todo su esplendor-matizaba la arena y las hojas de las palmeras con Visos iridiscentes. Era la hora de la reflexión, de la Confidencia. Durante unos momentos guardaron silencio.


Luego, aquel hombre joven de origen lejano Abrio su corazón al bardo del desierto y le habló con pasión de sus anhelos, de su ansia por conocer otras civilizaciones, por internarse más y más en llegar hasta el mar y donde nadie había llegado, de Descubrir Otros Mundos Misteriosos e ignotos, poblados por hombres y mujeres de ojos rasgados, que Presentia lugares prodigiosos y que ya había visto en medio de sus sueños. Hablaba con vehemencia, con la Determinación de quien está seguro que cumplirá lo que anhela. Y oyéndole, Abu Zaid confirmo algo que siempre había sospechado: El Mundo no eran solo VER dunas de arena que rodeaban su aldea, ni los cercanos oasis, ni las palmeras enhiestas como doncellas, y Ni siquiera las grandes ciudades a las que había viajado con Cuando su padre niño; Existían otras realidades lejanas y sorprendentes.

Marco Callo, y sus ojos se detuvieron en las pensativos Todavía chispas que brotaban de la casi extinguida fogata.


Abu Zaid entonces tomo la palabra con inmensa ternura y describió la maravilla que representaba para los tuareg el Néctar encerrado en los rottab, De Los dátiles que extraían la dulzura de la arena para convertirla en Ambrosía para su pueblo, de un llamado elixir de Café, Una bebida oscura y prodigiosa que despertaba los sentidos y tornaba claros los enigmas más complicados y los números; Briosos de los caballos que cuidaba su pueblo como un su propia vida ya los que los tuareg destinaban preciosas épocas de tierra fértil, del milagro constante de Y los oasis de Los Pozos inextinguibles del desierto ... del amor por su joven esposa, de la muerte y de su poder infinito de ausencia, de su soledad ... y del Consuelo inénarrable que había deparado a su vida la contemplación de las estrellas. Sí. Abu Zaid compartió con él ese Afán indescriptible que lo poseía en las noches por observar el infinito y viajar con la mirada y con la imaginación hasta esos mundos lejanos y titilantes. Y así, de Manera fortuita, Marco supo que los dos compartían Una fascinación Misma, un mismo embrujo por la bóveda celeste. Compararon simultaneamente los nombres de las constelaciones y descubrieron llenos de gozo que lo que era para Marco "El Brazo Derecho de Cefeo" era para Abu Zaid "El Draa El IMM", "El Camello", "Al Fanik", "El Cabrito" , "El Yedi", "Casiopea", "Aldermarin", "La Liebre", "AMEB" ...

Cual emocionado un niño pequeño, Abu Zaid señalaba Una a una en el cielo las constelaciones y las estrellas que tan bien conocía. En Determinado momento y sin pronunciar palabra, Marco se Levantó y se acercó hasta el pequeño baúl en el que guardaba sus pocas pertenencias, lo Abrio y ante la sorpresa de Zaid extrajo un Objeto de bronce de forma circular.

-Instrumento este Observa-le dijo, entregándoselo con una sonrisa.

Un tanto indeciso, Abu Zaid lo tomo entre sus manos y observo que tenia un complicado entramado de piezas en su superficie. Marco lo contemplaba divertido.

-Lo que tienes en tus manos es un astrolabio-le explicó-su nombre significa "buscador de estrellas" y sudeste de EE.UU. para localizar la Posición y altitud de los astros y de las estrellas. Un Mecanismo para medir el cielo. Me lo obsequio el prior de un convento de mi ciudad, agradecido por la narración que le hice Durante varios días de mis aventuras en lo que ellos llaman la Tierra Santa. Pero no quiero cansarte con esa historia ni tampoco engañarte, este no es un invento de mi civilización sino de la tuya.

Enseguida, Marco se acomodo junto a Zaid y se dispuso una enseñarle el complicado Mecanismo. Primero fue nombrándole Las diferentes piezas: el tímpano, la madre, la araña, la Eclíptica, La armillar Esfera, La Esfera Celeste, el ángulo horario sideral ... Luego, pacientemente, la FUE adiestrándolo en su manejo.

El corazón a punto de salírsele del pecho, con Abu Zaid descubrió que aquel artefacto prodigioso podia localizar la medida de altitud de una estrella sobre el horizonte y el pecado que modificar la Posición de la "araña" podia leer Con su verdadero acimut y de Cualquier Astro Que se Encontrara en ese momento sobre la línea del horizonte ... Y Zaid No pudo ya desprenderse en toda la velada de aquel portento.

Hacía rato ya que el fuego se había apagado. En el hogar pavesas quedaban en solitario. La brisa helada de la madrugada Hizo estremecer A LOS DOS hombres. Saliendo Como realidad de un embrujo volvieron a la. Dentro de poco la aurora, con su claridad meridiana, borraría los mapas celestiales. Abu Zaid se Levantó para dar las buenas noches a su amigo.

- Discúlpame. No me di cuenta del paso de las horas. Nur El Masa (Que Tu Noche Este llena de luz)-le dijo, agradecido, Marco de las Naciones Unidas extendiéndole el Astrolabio. Y desolado añadió-: Mañana te irás.



Marco, el comerciante de Caminos mil, adiestrado en el arte de conocer el corazón y los deseos de sus Semejantes, percibió en ese instante la insondable tristeza de aquel hombre del desierto Cuya única felicidad consistía en observar el firmamento. En un impulso irreprimible apretó el curioso Instrumento entre las manos de Abu Zaid diciéndole con una sonrisa:


-Quiero que lo conserva. Creo que las estrellas Están más cerca de ti que de mí y Que a ti te llega más su luz. No te preocupes, podré reponerlo en mi nuevo destino. Ese es el motivo de este viaje. Nur El Masa Para ti, querido amigo.


Una profunda emoción les bloqueo y se abrazaron en silencio.

Horas más tarde, antes de que la caravana reemprendiera su marcha, los dos amigos se encontraron y se desearon buena suerte. Abu Zaid como Saruyi abrazó con emoción al que ya consideraba un hermano.


--Alikum Assalam, Que La Paz de Alá sea contigo-le dijo, tomando la mano de Marco, entre sus dos manos y colocando en ella el ANJ de Esmeraldas y Marfil, el precioso Amuleto egipcio en forma de cruz ansada, obsequio de un beduino misterioso que alguna vez Sus poesías escucho.

-Que la gloria y la inmortalidad sean tus compañeras, Marco. No te desprendas nunca de este amuleto. Quien me lo dio me aseguró que el que lo porte Hará realidad sus sueños y alcanzara la gloria y la inmortalidad.

-Alikum Assalam, hermano. No dejes de Contemplar las estrellas; Aunque nos separe la tierra, el cielo nos unirá.

No encontrarse uno volverían. Marco continuaría su periplo A través del desierto visitando pueblos perdidos en el mapa hasta llegar a la costa de Libia en el Mediterráneo. Nunca regresaria al Sáhara. Era un comerciante, pero sobre todo, Marino de la ONU, navegaba su alma y ya por yeguas ignotos hacia mundos lejanos y sorprendentes. Pero ni él ni Abu Zaid nunca olvidarían ese encuentro fugaz Junto al Samar.

Pasaron los años. La vida para el pastor del desierto continuo casi inmutable entre ese océano infinito de ese escenario y otro, no menos infinito, poblado de estrellas que nunca se cansó de Contemplar. Envejeció, y sus versos Cual dulcísimos rottab se convirtieron para todos quienes le oían en ambrosía para el alma.

Cuentan que al momento de su muerte una gran sonrisa Ilumino su cara. Contemplar Parecía algo que nadie podia percibir. Con voz apenas inteligible se le Oyó murmurar: "El Masa Nur, querido amigo". De Acuerdo A sus deseos Fue enterrado junto a ese entrañable Objeto de bronce que le acompañó cada noche en el Samar a lo largo de su Existencia.

Es dificil saber si fue solo la imaginación de ese pueblo nómada enseñado CADA UNO Contemplar el atardecer firmamento o si realmente aconteció. Pero lo cierto es, que al día siguiente del fallecimiento de Abu Zaid una nueva estrella Ilumino las noches de los tuareg. Una estrella que desde entonces se conoce con el nombre de Al Nair, La Brillante. A partir de ese momento, Abu Zaid, el poeta de las estrellas, se transformó para el pueblo de los amazig en su más entrañable leyenda.


Publicado por La autora: Leonor Fernández Riva en 12:42 0 comentarios
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La colmena

Leonor Fernández Riva

Parado frente al mostrador, aguarda con Ismael El ceno fruncido A que lo atiendan. Todos los dependientes de la tienda agrícola Están ocupados. De un tiempo un heno esta parte en el pueblo una inusitada demanda de fertilizantes e insecticidas.

La respiración del hombre se torna agitada. Un pensamiento absurdo le Asalta: "¡Las existencias van a agotarse". El miedo y la ira razón su turbante. Experimenta el impulso incontenible de Elevar la voz y armar un alboroto para exigir atención, pero en ese preciso momento uno de los dependientes le hace un gesto desde lejos con la mano indicándole que Va a atenderlo. Ismael Respira profundo y Trata de serenarse. El mismo se sorprende de su reacción. "Es-reflexiona-como si yo también fuera una de mis abejas sacando el aguijón para atacar" No es la primera vez que se compara con ellas; Últimamente ese pensamiento le Asalta una menudo.

Cuando tiene enfrente al muchacho le entrega con gesto de reproche el papel en el que ha anotado sus requerimientos. El joven da una rápida mirada a la lista y con una mueca de inteligencia comprensión y le indica que sabe de qué se trata. "Todos piden lo mismo, piensa, Mientras se dirige al interior del almacén para dar paso al pedido-... fertilizantes, abonos, insecticidas para Nemátodos pulgones y ... y, claro, fluorescencia para los cultivos de flores".

Al quedarse solo, Ismael se Apoya en el mostrador y con una servilleta de papel seca el sudor que perla su frente. Hace unos minutos estuvo a punto de perder la paciencia, ¡él, que siempre Fue tan sosegado! De un tiempo uno esta parte, y cada vez con alcalde frecuencia, asumen actitudes que no dejan de sorprenderle. Todo lo que tiene que ver sus flores CON O CON SU colmena tiene La Virtud de alegrarle o enfurecerle al extremo. Sus reflexiones son interrumpidas por el encargado:

-Es usted afortunado-le Comenta este con una sonrisa al entregarle la factura. Fue el último pedido que esta semana pudimos atender.

Ismael se muerde los labios haciendo un gesto de Afirmación. Paga en la caja y luego se dirige a la bodega para reclamar sus productos. Los bultos pesan varios quintales, pero él es joven y fuerte. Sin necesidad de ayuda los Acomoda en la camioneta, y sin percibir los avizores Himenópteros Posados en el techo, emprende el retorno a La Granja.

Las sombras Empiezan a invadir la tarde. Entre iridiscentes Fulgores anaranjados el sol semeja una esfera anaranjada hundiéndose perezosamente en lontananza. La prisa y la ansiedad de Ismael han quedado atrás. Ningún pensamiento negativo turba ya su mente. Solo piensa en sus plantas. "Es Necesario-Murmura-Mantener la floración y exterminar (sacude con furia su mano) los moscardones y polillas que amenazan Últimamente La Colmena".

Deja que el auto ruede despacio y se deleita con el paisaje. Aquí y allá, a lo largo del camino se ven granjas florecidas. Aspira con fruición el aroma sutil que flota en el ambiente. Su sentido olfativo se ha aguzado y por el efluvio Reconocer Puede que le trae la brisa no solo de cada una de las especies florales de las propiedades que atraviesa Sino También las flores con las que las abejas han preparado Las diferentes variedades de miel.

Sonríe satisfecho. Su esposa y él Fueron los pioneros de la Región en el cultivo de la miel de abeja. Recuerda vívidamente El día en que un tanto indeciso se decidió a empezar con un rústico Panal. Al pequeño panal siguieron muchos otros, realizados por él intuitivamente, SIN NINGUN conocimiento previo pero con admirable percepción, como si alguien le fuera dictando las medidas, el diseño, los materiales.

En su colmena son las de tipo racional Propias Abejas que Diseñan la estructura de sus pañales. Las celdillas de miel dedicadas a la recolección Están separadas de las de la miel para la alimentación del Panal; Así no se produce un efecto traumático en la recolección. Y otro tanto sucede en la Multiplicación de las colmenas: las de "enjambrazón" donde cada panal tiene sus celdillas solícitas Obreras crian reinas para las nuevas colmenas. "Sí-piensa-complacido; cada panal ha sido realizado pensando en el bienestar de mis pequeñas amigas".

Los recuerdos se agolpan en su mente al evocar esos primeros días. Su esposa y él Ocupados Con gran celo, pero con gran También ignorancia, de ese su primer Panal. Una mano de obra que les deparaba mucha Satisfacción y tomaron al principio como un pasatiempo, pero que luego, con el nacimiento progresivo de nuevos Panales, se fue Transformando en una mano de obra de tiempo completo, una actividad que exigió dedicación y trabajo de ellos constantes hasta Convertirse paulatinamente en la razón principal de sus vidas.

Una le parece estar viendo la expresión Ismael ATONITA y un tanto burlesca de sus vecinos Cuando un buen día les Participó que había decidido terminar con el ganado para esos potreros dedicar al cultivo de varias clases de tréboles y alfalfa "Porque-según explicó-se les descubierto que la floración de especies SEE es la preferida de mis abejas ".

"Ahora-sonríe-muchos de ellos han seguido También mis pasos y cada día nuevos ganaderos se dedican a la apicultura". Ensimismado en sus pensamientos sin percatarse llega casi hasta la entrada de su granja. Allá, al fondo, está su coqueta casita Rodeada de Flores. Disminuye la marcha del vehículo, las luces y baja Procurando no hacer ruido entra a la granja por el estrecho sendero de ingreso. Su esposa lo Recibe con una sonrisa de alegría. Entre Los Dos bajan los abonos y los colocan en el cobertizo. Tratan de hacer todo en silencio. No hay que intranquilizar a los pequeños habitantes de las colmenas.

Recorren luego la granja OBSERVANDO con delectación el apiario. Todo está sereno ..., descansan sus amigas ... Las flores exhalan sus mejores esencias. Tomados de la mano contemplan los sembrados: allá, en la esquina, Los Girasoles bellisimos un tanto inclinados ante La Creciente oscuridad, más allá, las azucenas de diversos colores, los claveles multicolores, los orondos y aromáticos geranios, las gardenias, jazmines y delicadas, heliotropos los, las campanillas amarillas, blancas y moradas que trepanar alegres por las cercas y muros, los rosales y crisantemos, los perfumados eucaliptos, las fragantes camias; la Huerta, pletórica de tomates, calabazas, judías, hinojo, perejil, cedrón, tomillo ..., y más allá, los árboles frutales, los campos de tréboles y alfalfa ... Todo desbordado de flores.

Una sensación de plenitud, de pertenencia les embarga. Entran a la casa y se Disponen de las Naciones Unidas Tomar, como cada noche, la deliciosa leche con miel de la que ya no Pueden prescindir. Cada día su miel sabe mejor. Ismael Intuye que gran eso es DEBIDO a la variedad de flores que sus Utilizan abejas para elaborarla. Observa con ternura A su joven esposa. Les une un profundo amor y un mismo ideal. Sólo una sombra Empana su relación: Tener hijos no han logrado, y Llevan ya varios años de matrimonio. Los médicos del pueblo no les dan ninguna explicación. "Y Mientras Tanto - melancólico Cavila-El tiempo va pasando".

-Quizá deberíamos viajar a la ciudad para consultar otras opiniones-dados de las Naciones Unidas su esposa, acariciando con dulzura su vientre.

Pero es solo un breve instante de ternura casi de inmediato torna a pensar en las labores del día siguiente. "Mañana hay mucho que hacer, tendremos que madrugar un poco más". Invisibles en la penumbra de la habitación, pequeños vigilan Himenópteros. Ismael paladea con gusto goloso la bebida, ... y añade más miel.

Afuera, desde sus Panales, miles de pequeños ojillos observantes en la oscuridad.
Al contrario de lo que piensan Ismael y su esposa, la colmena no duerme. En sus prismáticas y HEXAGONALES celdillas de cera las laboriosas obreras preparan incesantemente más Miel para su Creciente Ejército de Obreras. Una miel, más concentrada, más adictiva, esterilizadora doblemente y con un componente más dominante y enajenador. ES NECESARIO Darse prisa, Las nuevas obreras Pueden no pensar. N Pueden correr riesgos ... La colmena está creciendo.



Cali, septiembre de 2008





Cuento
DULCES SUEÑOS

Despertó sobresaltado en medio del sueño. Estaba empapado en sudor. Seco, con la sabana la humedad de su cara. ¡La misma pesadilla recurrente! Pero está vez la sensación más real Fue terrible y que otras noches.

En los laberintos del inconsciente todo cobro de nuevo vida: el pequeño Andrés corriendo un feliz encuentro su infinito y el horror de aquel fatídico automóvil azul que Apareció de pronto, como salido de la nada trepándose fatalmente al andén. Y toda su desesperación e impotencia en ese grito estremecido, el mismo grito Atormentado con el que cada mañana despierta ahora.

Anhela con toda el alma que llegue el olvido para desterrar tanto sufrimiento, pero las imágenes de ese día y Aciago de sus trágicas secuelas CONTINÚAN desgarradas vividas y en su mente.


Como olvidar la figura esplendorosa de Johana, sus bellos ojos desorbitados entera su alma y en ese desgarrador ¡Andréeeeeees! Y lo que vino luego: El tumulto, la gente curiosa y sobrecogida, con esa mezcla de compasión y morbo con que apretujándose la turba se solaza en la tragedia ajena, empinándose para poder observar mejor; la voz aguardentosa del hombre que alegaba ser llevado al por los guardias: "Yo no tuve la culpa" ... Y su cuerpo ... El cuerpo desmadejado y extrañamente inmóvil de Andrés, en un Reguero de sangre. Lo demás: el sonido de la ambulancia, el hospital, el cementerio, el vacío ... se desdibuja en su recuerdo.

La mirada de Fabián se posa unos segundos en el Portarretrato de la mesa de noche que guarda la imagen de su esposa. Sus ojos se humedecen ante el recuerdo. Johana nunca Pudo Superar su desdicha. Realidad Poco a poco Fue sumiéndose en una piadosa Locura en Cuyos intrincados laberintos su mente buscó escapar a la. Perdió completamente el apetito y su otrora atractiva figura adquirió una extrema delgadez, su piel se torno transparente y sus ojos, sus hermosos ojos, el brillo PERDIERON y la vida. Nunca Volvió a ser la misma; permanecía sentada todo el día frente a la ventana con la mirada fija en algo que ella veia en solitario.

Pocos hijos tan deseados, tan ansiosamente esperados como Andrés. Fueron muchos años de tratamientos, de peregrinar de un médico de las Naciones Unidas otro, de Experimentar Diferentes técnicas de fertilización. Años de esperanza y de infinita frustración. Y de pronto, un buen día, Cuando ya Parecía tendrian que resignarse ante la evidencia de lo imposible, un médico les habló de esa alternativa. Algo que no se habían considerado Siquiera Y que se presento como la única solución A su ardiente deseo de ser padres. Y así, antes de que los años le cerraran las Naciones Unidas Johana esa última Posibilidad de ser madre, optaron por la fertilización in vitro.

Luego, las cosas sucedieron de Manera alucinante. La maravillosa experiencia del embarazo de Johana; nueve meses de sueños e ilusiones. Y el día ... el gran dia. El día inolvidable del nacimiento de Andrés. Un montoncito de carne rosada, de cabellos negrísimos y ojos color de cielo y que Llegó para iluminar sus vidas Transformar. Y desde ese instante, Andrés en todos sus momentos. Su presencia amorosa y dulce colmando todos sus espacios, sus alegrías, su presente y su futuro. Hasta esa mañana, seis años después de su nacimiento ...

Sí. Fabián comprendía muy bien el dolor de Johana, Porque su dolor, su desesperación eran tambien los suyos. Durante las semanas que siguieron a la muerte de su hijo trato inútilmente de romper esa barrera infranqueable de tristeza y de angustia tras la que ella se había refugiado. Todo fue en vano. Inconscientemente Johana había encontrado alivio A su tormento entre las brumas de su enajenación; Sus días transcurrían en medio de una ausencia de la aletargada Parecía que nunca Iba a retornar. Pero SEIS MESES DESPUES, en un momento de lucidez, tomo todas las pastillas que encontró en la casa, sin importarle de lo que fueran ... y dejó de sufrir.

Suelen decir los viejos que la mejor cataplasma es el tiempo, pero ya habían pasado más de tres años de toda esta tragedia y Fabián no experimentaba Ningún alivio A su dolor. Poco a poco se había ido tornando más Difícil Para él conciliar el sueño. En medio de su insomnio casi podia sentir esa línea imperceptible y misteriosa que separa la vigilia de la somnolencia, pero le era imposible franquearla sin la ayuda de un Somnifero. Exhausto, Todos los probo. Algunos solo tenian el poder de adormilarlo por un par de horas para luego despertarlo a la madrugada, y otros, Ni siquiera eso. Hasta que dio con aquel. Un narcótico tan fuerte que debía ingerir Cuando Ya estaba en la cama Porque su acción era tan repentina que podia dormirse de pronto aun estando de pie. Aunque su sueño Estaba ahora plagado de pesadillas, cada noche se refugiaba vehemente VER horas robadas en la realidad. Sus amigos habían intentado sin éxito sacarle de su postración, invitándolo a salir ", aviones de Haciendole", pero todo Resultó inútil.

Como cada día, Fabián cumplió esa mañana con su rutina. Se baño, se afeito y se vistió, Escogiendo lo primero que vio. Luego tomo un café demasiado oscuro para sus crispados nervios. Vivia en solitario. Ni siquiera había pensado en la Posibilidad de llevar otra Mujer a aquel sitio que guardaba recuerdos tan sagrados para él. Y por otra parte, ¿A quién le gustaría vivir con un muerto? En su cara se dibujo una torva mueca A manera de sonrisa. Sí. También era Él ahora un muerto, sin ilusiones, sin alegría, con el pesado fardo de sus recuerdos.

Poco a poco, había ido tomando la costumbre de llegar tarde a la farmacia. Él, que siempre Fue tan puntilloso en eso de abrir el negocio antes de las siete de la mañana, había delegado esa responsabilidad ahora A su ayudante. Ya no se preocupaba Porque fueran las ocho o las nueve. Después de todo, ¿qué más daba?

Dejó el automóvil en el parqueadero de la esquina. Todavía había poco movimiento en la calle. Los papeles, vasos desechables, botellas de licor vacías Puchos de cigarrillo y hablaban de la rumba y el desorden que se apoderaban cada noche del sector. El barrio, patriarcal, otrora, "se había ido tornando, muy de prisa Últimamente, en una barriada Rosa.

"En fin, se dijo," que no tiene agua de beber ... "Miró sin ver, uno de los llamados" desechables "que recostado en el muro de la tienda vecina lo miraba con ojos extraviados." Son una plaga estos locos. Pero sí, ¡Mientras no se metan conmigo ...! "

Luis, el chico que se había convertido en su mano derecha, le saludo con afecto y respeto.

- ¡Buenos días, don Fabián! ¿Cómo amaneció?

- ¿Cómo estás? ¿Qué novedades? -Dijo a modo de respuesta, sin más y, se Dirigió A su escritorio.

Las cuentas de luz, de teléfono, las facturas de los laboratorios se arrumaban en desorden. "Acosando ¡Siempre!-Pensó-¡Qué Difícil vivir Resulta!"

Tras el mostrador, con Luis atendía su simpatía habitual de las Naciones Unidas del anciano de cabello cano y escaso hace surcada de arrugas que le solicitaba azorado y con aire tímido Algún Medicamento. Fabián Estaba habituado uno estas cosas, y si el embargo, Cuando se marchó y casi por costumbre, le preguntó al dependiente:

-Oye, ¿qué Quería el viejito?

-Preservativos - le contestó Luis, guiñándole un ojo.

Hizo Fabián con la cabeza un movimiento afirmativo en señal de comprensión. "¡Vaya!", Pensó, y recordó que en alguna parte había
leído que había una incidencia muy grande de SIDA entre las personas de edad y sexo que tenian Protección pecado. Muchos abuelos y abuelas habían sorprendido A sus familias con este tipo de bomba.

Encendio un cigarrillo. Nunca había sido fumador y, desde luego, no era buen ejemplo hacerlo en la farmacia, pero paulatinamente había ido adquiriendo esta costumbre que le relajaba y le servia de compañía. Y después de todo, ¿acaso había fumado su hijo? ¿Acaso había fumado alguna vez Johana? Y entonces, ¿por qué habían muerto tan jóvenes? "¡Qué mierda da morir de una cosa o de otra!", Dijo en voz alta.

Luis se Volvió inquieto, pero él Hizo un gesto de calma con la mano.

- ¡Tranquilo! - Le dijo.

Con parsimonia Empiezo a revisar los papeles amontonados sobre su escritorio. De pronto, una voz lo sobresalto. Misma La voz que escuchaba en sus pesadillas. Observo al sujeto parado frente al mostrador y su cara se torno Blanca. Era él. Después de Haberle buscado infructuosamente como un loco al saber que los jueces lo habían dejado libre tras el pago de una fianza irrisoria ahora ¡Estaba ahí! ¡Por fin lo tenía al frente! Pero Quería estar seguro. Se Levantó y se Dirigió a la puerta ¡y sí, Estaba ahí! El mismo carro azul que tan bien recordaba. El carro azul que destrozó su vida. Regreso a su escritorio y Llamó a Luis.

- ¿Qué quiere aquel hombre? - Le preguntó.

-Bencedrina-le contestó Luis y añadió-: Debe conducir todo el día y la noche hasta Ipiales. La carretera está llena de curvas, hay muchos Precipicios y como está un tanto cansado no quiere que le coja el sueño. Pero no trae receta médica, no sé si venderle.

-Deja, yo le atiendo-dijo secamente Fabián.

Decidido, se acercó al sujeto. Lo miro, intensamente Tratando de ocultar su odio. "¿No me recuerdas, imbécil?-Pensó-Estás frente al hombre Cuya vida Terminaste por causa del licor y la velocidad".

- Me dice mi ayudante que se que usted dirige y Ipiales A que necesita estar despierto y alerta en todo el recorrido-le comentó Tratando de fingir indiferencia. Y sin esperar la respuesta, añadió:

-No tenemos bencedrina, pero le voy a dar algo mucho mejor, se va a acordar de mí.

Trajo un vaso de agua con una sonrisa y le alargó dos pastillas de aquel potente narcótico que tan bien conocía y que solo con fórmula médica podia despachar en la farmacia.

Ampliamente sonrió Cuando el hombre, con un trago de agua, ingirió las dos pastillas.

Y sonreía todavía, Cuando el automóvil azul Se perdió una gran velocidad en una curva del camino.


Leonor Fernández Riva
Cali, Noviembre / 2008




Hasta siempre, amor

"¿Es idea mía, o realmente el sol ha salido esta mañana más temprano?" Juliana se acostó a la ventana y observo un cielo limpido, incontaminado de nubes. No Pudo Evitar una exclamación: "¡Qué lindo día!" Apretó los labios en una mueca irónica para sí y añadió: "Tal parece que hoy nada Debería salir mal". Por unos minutos Permaneció OBSERVANDO el Jardín a Través de la Ventana. "Hoy sera el día", dijo en voz baja mirando con ternura A su esposo que, ajeno a todo, dormía plácidamente todavía, y luego, contraindicaciones Decisión, Entró al baño Para darse una ducha.

Dejó que corriera el agua tibia por su cuerpo adolorido. Era como una pausa entre su angustia y la realidad que la Esperaba afuera. Una ducha traves del ruido de la Oyó toser a Federico. "Es como un reloj", Penso, "ya Debe estar frente al televisor OBSERVANDO El Noticiero". Se vistió mecánicamente y se peino Sin ninguna coquetería. La mujer que le devolvía la mirada en el espejo le resultaba una desconocida. ¡Había perdido tanto peso en los últimos dos meses! Y cambiada Estaba deteriorada en lo físico, pero Juliana Partia que en su interior continuaba siendo la misma jovencita valiente de otros días, la que haría Temor que el pecado lo tenía que hacer. "Para este paso no necesito
buenas piernas ", pensó mirando las suyas, -" ¡tan escuálidas "-, una sonrisa retadora Mientras se dibujaba en su cara.

Antes de salir a la calle Observo con ternura a Federico que sentado frente al televisor observaba con mirada perdida las patéticas imágenes de terrorismo, de hambre, de injusticia, de delincuencia, de contaminación, de problemas económicos, que proyectaba cotidianamente El Noticiero. Se mordió los labios con rabia. El mundo Parecía estar deshaciéndose en pedazos. La ciencia y el progreso eran Incapaces de Construir un mundo más justo, más equitativo, menos violento, más feliz y cordial. Pero, bueno, todas Esas cosas, por crueles fueran Preocupantes y que, ya habían dejado de turbar ay Federico Dentro de poco no la turbarían tampoco a ella.

Su mundo, su verdadero mundo, Empiezo a derrumbarse unos años antes Cuando Federico Comenzó Gradualmente uno olvidarse de la vida. Al principio sus olvidos Equivocaciones y les habían cargado Gracia y hasta Llegaron a reírse de las Situaciones jocosas que producían sus descuidos. Pero llego un momento en que su cada vez más frágil memoria Terminó por causarle problemas graves. Un día, en forma inaudita, Federico olvidó en un semáforo que la luz roja significa "Detenerse" y produjo un accidente que Resultó fatal para un peatón. N Fue una prisión. Los médicos certificaron Qué estaba enfermo y que no era culpable. Fue entonces Cuando Juliana Oyó por primera vez la palabra terrible: "Alzheimer". No había nada qué hacer; el Deterioro del cerebro de Federico Sería desde ese momento progresivo e irreversible. No pudo ya volver a manejar. A los Pocos meses Perdió su trabajo.

El tiempo, entonces, Detenerse parecio. Transcurrieron dos años de agonía, Durante los Cuales Juliana violencia como progresivamente se iba Alejando de la realidad y de su vida el hombre que amaba y que ahora apenas si la reconocía en contados momentos. Fue entonces cuando, en uno de esos Chequeos de rutina, Juliana descubrió que padecía un fibroma uterino, que más tarde Fue diagnosticado como maligno. Nunca supo si fue la pena indecible por la suerte de la que Federico desencadenó su mal o si su útero se Rebelo contra sí mismo por haber alojado en su interior una los dos engendros crueles que Partieron un día al Norte, Hacia ya tantos años, para nunca más volver a acordarse de los seres que les Dieron la vida.

"El cáncer ha INVADIDO ya Órganos vitales Juliana-le explicó el médico, con mirada bondadosa-;" extirparlo significa podarlo. Podemos, eso sí, Controlar el dolor. No pierda las esperanzas, querida amiga, una veces ocurren milagros ".

Así Pero no sucedió. Y en los meses posteriores, tanto ella como Federico Irremediablemente continuaron avanzando por el sendero de sus hombres hasta llegar al punto del no retorno.

Cerro de la puerta con cuidado para no inquietar a Federico. Salió a la calle y se Dirigió al correo cercano. La carta pondría en marcha el operativo policial que manejaría la situación. Mientras caminaba observaba sin interés Un Transeúntes que pasaban LOS ligeros A su lado, otras con Preocupaciones y problemas y tal vez, ¿por qué no?, Con alegrías, amores y esperanzas. No obstante, los Partia extraños, indiferentes y ajenos "¡Qué absurdamente solitaria y hostil Puede Llegar a ser la vida en una gran urbe" Pensó moviendo la cabeza con desaliento.

¡Federico y ella se encontraban tan solos! ¡Y él dependía tan absolutamente de ella! No podia fallarle, no podia dejarlo solo. Recordó la frase que Solía citar su madre: "El destino nos lleva apenas hasta la mitad del camino". La oficina de correo Estaba casi desierta DEBIDO a la hora. Volvió a leer el nombre del destinatario, coloco en el interior del sobre, junto con la carta, la llave del apartamento (no seria Necesario destrozar la puerta), lo sello, y sin ninguna duda lo coloco en el buzón. De las Naciones Unidas llegaría su destino al día siguiente.

Al salir del correo despeinó el viento sus cabellos y jugo con su falda. El mundo, aparentemente, era tan normal, tan agradable. ¡Si Ella Pudiera También refugiarse en el olvido y no Darse cuenta de nada! Apuro el paso. Al pasar junto a la vendedora de flores se detuvo. Durante largo rato observo con deleite las variadas formas y colores que se ofrecían una vista su. Siempre Tuvo preferencia por las margaritas y astromelias por la Liga, pero a Federico le gustaban las rosas. Escogió un ramo de cada una y continuo su camino.

Federico la vio llegar con las flores y sus ojos en ella creyó volver a ver una luz de Entendimiento y de alegría. Le permitio, como si fuera un juego, cortar los tallos y acomodarlas en diferentes jarrones. El dolor en su vientre era punzante, pero esta vez ella no le Hizo caso. La salita se torno alegre y festiva con el colorido de las flores. "¡Son nuestras flores, cariño!" "Le dijo, con emoción, tomando a Federico de las manos y acercándolo a la mesa. Había preparado la torta que tanto le gustaba.

Lo observo en silencio. Su apetito continuaba igual, era un hombre fuerte y varonil que Seguramente un Pesar De su dolencia Aún viviría muchos años. Le ayudo a partir los alimentos como si se tratara de un niño. Federico había ido olvidando progresivamente cosas tan elementales como el uso de los cubiertos. "Eres mi niño", le dijo suavemente "No temas nada, mi pequeño. Nunca te dejaré solo, y menos Aún más, en manos extrañas".

Cerro todas las ventanas y sello cuidado con las ranuras, coloco en el equipo de sonido el aria de Madame Buterfly que tanto les gustaba uno y ambos Sirviö dos rebosar uno de copas de cointreau. Se acomodo junto a Federico y ASIO sus manos mirando con inmensa ternura sus ojos perdidos y extraños Mientras hacía el brindis más apasionado de su vida. "¡Por ti mi amor, por los dos, por todo lo que hemos vivido juntos, por lo que ya no viviremos, Porque siempre estemos unidos!", ¿Fue solo una ilusión o realmente Federico Volvió a mirarla como en otros días? Apretó sus manos entre las suyas y recostada en su hombro Fue dejando que la invadiera el sueño.

La voz de la soprano vibraba desgarrada en esa maravillosa melodía de amor y de adiós Mientras, imperceptiblemente, el gas Fue el invadiendo poco a poco el pequeño apartamento.



Leonor Fernández Riva

Cali, noviembre de 2008




1 comentario:

Ana María - Penélope dijo...

Hola querida Leonor
sigue adelante la escritura es eso intentarlo e intentarlo hasta dar con el lado que debe ser
Ana María